Está cerca el momento de hacer el cambio de armario y quizás aproveches la ocasión para organizar, ver de qué prendas puedes deshacerte y cuáles de ellas quieres mantener. Estoy convencida que el montón con las que te vas a quedar va a ser mayor que el de las que vas a dar, regalar o revender. Pero, ¿estás segura de que todas aquellas prendas que quieres conservar te las vas a poner?
Quizás eres de las que, cuando te vistes piensas que te falta ropa y necesitas ir de compras. Es un pensamiento común, pero el tener más ropa en tu armario no es sinónimo de que vaya a serte más fácil vestirte cada mañana. Esas prendas que has decidido guardar por si acaso adelgazas, por si acaso vuelve a estar de moda, por si acaso más adelante lo combinas mejor…
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Esas prendas que has guardado “por si acaso”, que no te has puesto en las últimas dos temporadas, probablemente nunca más te las vayas a poner y lo único que hacen es ocupar espacio en tu armario y dificultarte la tarea de vestirte. Por eso he decidido ayudarte a saber qué prendas sobran en tu armario:
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Cualquier prenda o complemento que vincules con un mal recuerdo o te haga poner triste.
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Vaqueros con los que no te sientas a gusto, no favorezcan a tu silueta o que no te abrochen…
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Pantalones tipo chándal o pijama que no usas ni para estar por casa.
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Esa falda demasiado corta para ti, demasiado ancha o con la que te marca algo más que tus curvas femeninas.
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Blusas transparentes o prendas que nunca encuentras la ocasión para ponerte, bien porque arreglan demasiado y no sueles tener eventos de ese tipo, o bien porque no puedes ponertelas en tu día a día.
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Prendas que debes arreglar, pero que nunca te decides a llevarlas a la modista.
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Cualquier prenda o complemento manchado, con bolas, desgastado o envejecido que, por mucho amor que le tengas, no vas a ponerte más.
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Esos tacones de infarto con los que apenas puedes dar un paso sin tambalearte o quejarte.
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Esas zapatillas o zapatos que son muy monos pero demasiado incómodos y te duelen.
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Ropa interior que impide que la del exterior te favorezca.
Tener menos ropa no significa tener menos posibilidades a la hora de vestirte. Lo que sí reduce es el estrés y la pérdida de tiempo a la hora de encontrar el look que ponerte cada mañana.
Un comentario
Muchas gracias, realmente me ha servido de ayuda.