1. Vestir de acuerdo a tu agenda: saber qué es lo que te espera al día siguiente y planificarlo con antelación, puede ayudarte mucho a optimizar tu tiempo y energía. Así que, ¿por qué no dejarte preparada la ropa la noche anterior para el día siguiente? Te ayudará a no agobiarte por las mañanas y a solventar problemas, como que la camisa que querías ponerte está manchada, sin planchar o en la lavadora.
Piensa muy bien que día te espera para elegir tu look ideal para afrontar tu jornada laboral junto a los demás compromisos. Recuerda que la comodidad no está reñida con vestir bien y con estilo.
2. Tener siempre un par de outfits comodín: es recomendable tener varios estilismo para ir al trabajo, que sepas que te sienta bien, te den seguridad y con los que te sientas cómoda. Así, ¡seguro que no fallas!
[Tweet «5 consejos para que siempre vayas perfecta al trabajo.»]
3. Invertir en un buen fondo de armario: tener un buen fondo de armario nos beneficia en tener las prendas y complementos adecuados y necesarios para vestirnos para ir al trabajo. Permiten múltiples combinaciones, perduran a pesar del paso del tiempo, siempre están en tendencia y, además te favorecen. Sí, me refiero a las prendas tipo un blazer, un par de camisas, un Little Black Dress o un pantalón o falda negros. ¡Ah! Y ahora que son rebajas, es un buen momento para invertir en tu fondo de armario.
4. Potenciar tus puntos fuertes: todas tenemos partes de nuestro cuerpo que nos gustan más y otras que, por desgracia, detestamos. Es importante que en el trabajo te sientas segura. De modo que, intenta elegir outfits que potencien tus puntos fuertes o colores que resalten lo mejor de ti. Y es que el look que elijas debe ser tu mejor aliado para afrontar tu día a día.
Es hora de conocerte. Identifica qué es lo que más te gusta de tu cuerpo y resáltalo con ayuda de las prendas, complementos o incluso de los colores. ¡Que un color no te arruine el día!