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Cómo cautivar con un cambio en la imagen corporativa

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“No hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión”. Tenía toda la razón Oscar Wilde con esta afirmación.

Tú primera impresión tiene que cautivar, que emocionar y sobretodo, comunicar tu mensaje. El mensaje de tu imagen corporativa o/y personal lo es todo.  Para cautivar tu imagen corporativa  debe tener una coherencia contigo, con lo que quieres comunicar al mundo, pero sobretodo con tu negocio y más, cuando se trata de una marca personal.

Cuando decidí emprender, tuve muy claro que quería apostar por trabajar mi propia marca personal. ¿Porqué? Por qué quería transmitir cercanía, transparencia, profesionalidad. Era yo la persona que iba a estar detrás, la cara visible, quién atendería y atiende a clientes y empresas. Que la impresión causada fuera duradera en el tiempo. Obtener una relación más directa con mis clientes y que ellos tuvieran ese beneficio de poder relacionarse conmigo.

Y entonces, te preguntarás ¿por qué el cambio de mi imagen corporativa?

Si hace tiempo que me sigues o me conoces, sabrás que no recomiendo ni soy partidaria de los cambios radicales en la imagen. Los cambios en la imagen personal o/y corporativa deben ser graduales, tener un porqué y sobretodo deben estar en sintonía contigo y tu esencia. Los cambios tienen que acompañarnos a medida que vamos creciendo personal y profesionalmente. Deben comunicar y transmitir los mismos valores. Como ya sabes, los cambios siempre son positivos. Sobretodo cuando reflejan a la perfección tu evolución, el mensaje que quieres comunicar, lo que quieres transmitir con tu propia marca personal.

Desde hacía ya tiempo, no me sentía identificada ni con la imagen que proyectaba ni el mensaje que transmitía mi antigua web e imagen corporativa. Yo me sentía más segura de mi misma, con más experiencia y sobretodo, con otra visión de las cosas y mi negocio.  Además, la maternidad también ayudó a verme con otros ojos, cambió por completo mi perspectiva y ha hecho que valore aún más la autenticidad, el aceptar los cambios, valorar más la calidad que la cantidad. Por estos motivos, quería transmitir y plasmar cómo me sentía, necesitaba una nueva imagen que comunicara mi nuevo mensaje, y que lo transmitiera tal y como soy.

Cuando emprendí y cree mi proyecto quería reflejar una imagen profesional sí, pero algo más “distante” o sería. En la actualidad, lo que busco y quiero transmitir es una imagen cercana, profesional y sobretodo muy femenina. Una imagen sofisticada y elegante, pero sin perder mi personalidad. Mercy Guzmán, en su Estudio de Branding  The Visual Corner consiguió captar perfectamente que quería comunicar y cómo plasmar lo que yo misma quería reflejar. Mercy eligió una paleta de colores muchos más cálidos y cercanos, la paleta utilizada refleja un poco mis orígenes como maquilladora profesional y ayuda a reforzar el mensaje de «si estás a gusto en tu propia piel, puedes comerte el mundo».

Para Mercy el color rojo es mi elemento mágico, y estoy de acuerdo! Es mi color preferido y es el color de mi pintalabios fetiche, ella dice que es el punto sexy y la pasión por mi trabajo. Según ella, es el elemento «porque yo lo valgo» de la paleta de color.
El negro (casi negro) tiene la fuerza y la elegancia del saber hacer. Es el color que da definición y sobriedad al proyecto.

El blush es el color para dar alegría, destacar tus puntos fuertes pero de una forma femenina.

Y el blanco es la confianza que transmite un trabajo bien hecho, una sonrisa real, una mirada limpia. Es el lienzo a diseñar, el espacio neutral donde todo es posible.

Y a nivel de tipografía, queríamos que mi nombre tuviera mucha fuerza e importancia, por el motivo que soy yo la creadora de mi empresa y yo la que trabaja junto a mis clientes y empresas. Queríamos una tipografía que reflejara mi madurez, que fuera autentica, elegante, femenina y sobretodo más atemporal.

Lógicamente, una imagen corporativa no es nada sin unas fotografías adecuadas,  que sepan plasmar toda la esencia del proyecto. En ese sentido, las fotografías de Sandra Rojo han sido la guinda del pastel. Sandra ha sabido captar en imágenes mi espíritu alegre y cercano, pero también la nueva mujer en la que me he convertido.

Y por supuesto, cabe destacar la persuasión de las palabras, mi comunicación. Isabel Romero supo encaminar todos mis textos y transcribir mis pensamientos.

Gracias al cambio hemos mejorado e unificado lo que transmite mi persona con lo que transmite mi marca.

“Silvia es auténtica, honesta, elegante, apasionada, femenina y muy profesional. Necesitaba una coherencia visual, que mejorara la percepción de marca en positivo y sobretodo afianzar su reconocimiento como profesional en su sector.” comenta Mercy.

Bienvenidas a esta nueva etapa!

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6 comentarios

    1. Muchísimas gracias Ana! Estoy muy contenta con el resultado la verdad! si claro, lo mismo digo, si vienes por aquí por Barcelona hacemos un café. Besazos

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